viernes, 14 de marzo de 2014

Dahlia


Reino: Plantae
Subreino: Tracheobionta
División: Magnoliophyta
Clase: Magnoliopsida
Subclase: Asteridae
Orden: Asterales
Familia: Asteraceae
Subfamilia: Asteroideae
Tribu: Coreopsideae
Género: Dahlia
Cav. 1791 



El nombre original de la Dahlia proviene del Nahuatl Atlcocotlixochitl, que viene de: a-tl (agua), coco-tli (tubo) y xochitl (flor). Una especie de Dahlia en particular fue la flor originaria de Aztlan; tal como lo describe Francisco Hernández en el libro Historia Natural de Nueva España, v. 1, 156:
“El Aztaxóchitl o flor de garza, que otros llaman Quaiztal-Acocoxóchitl (Flor de Tubo Acuático con Cabeza Blanca), es una hierba con raíces como fibras de donde brotan tallos con hojas ralas como de albahaca, aserradas, casi siempre en grupos de tres, y en el extremo de los tallos flores grandes contenidas en cálices escariosos, y cuyo centro es rojo con manchas amarillas y está rodeado de hojas ralas, largas y blancas con rojo. Sólo se usa la flor. Nace en México.”.
Al igual lo explica Alvarado Tezozómoc:
"Tenían en las lagunas, y su tierra Aztlán un Cú, y en ella el templo de Huitzilopochtli, Ídolo, Dios de ellos, en su mano una flor blanca, en la propia rama del grandor de una rosa de Castilla, de más de una vara en largo, que llaman ellos Aztaxóchitl, de suave olor".
Un tercer estudio llevado a cabo por el Dr. Francisco Hernández de Toledo en el siglo XVI y publicado con el titulo "Cuatro Libros de la Naturaleza y Virtudes de las Plantas y Animales, de Uso Medicinal en la Nueva España", cita esta planta en el capitulo VI:
"Llaman Acocotli (Tubo Acuatico), a esta hierba los de Quauhnáhuac (Hoy Cuernavaca), y los de Tepuztlán (Hoy Tepoztlán), Chichicpatli (Medicina Amarga), la cual tiene hojas como el nardo montano, pero divididas en cinco hojuela, llenas de senos, las cuales en los extremos de los tallos, que son de un palmo de largo, delgados y rollizos, tienen las flores a manera de estrellas sobre color amarillo a rojo, tiene dos raíces semejantes a bellotas, que se rematan en dos hebras, por la parte exterior negras y por la interior blancas, parece en alguna manera que pertenece a las especies de ligustico".

La Dahlia o Dalia según la RAE, es una flor muy apreciada por su belleza ornamental. A lo largo de la historia se han pagado grandes sumas de dinero para adquirir semillas de las variedades más hermosas. Incluso se creó la Sociedad Nacional de la Dahlia en Gran Bretaña en 1780. Sin embargo, a pesar de que es la flor nacional de México, pocos saben sobre su historia e importancia. Desde que llegaron a la península de Yucatán en 1519, los españoles no dejaron de sorprenderse ante la extraordinaria belleza del territorio. Hernán Cortés escribía al rey Carlos V en 1522: “... y sus infinitos árboles de diversas frutas y muchas flores y hierbas olorosas que cierto es cosa de admiración ver la gentileza y grandeza de esta huerta” (Cortés, en Grobet, 1982). Poco tiempo después echaron hondas raíces en el suelo de la Nueva España y comenzaron a explotar sus recursos naturales. Sin embargo, hubo un gran interés por describir y catalogar todo aquéllo que fuera novedoso para los europeos. Conquistadores, hombres de letras y frailes emprendieron la tarea de escribir cartas de relación, historias y descripciones de la Nueva España. En 1570, el médico del rey Felipe II, Francisco Hernández, fue enviado con la tarea de emprender una exploración de las nuevas tierras y reportar todo lo que encontrara. En su libro, "Historia de las Plantas de la Nueva España", Hernández reporta dos especies de Dahlia conocidas por los aztecas como Acocotli y Cocoxochitl, que significa pipa de agua o bastón de agua.1
En 1789, el director del Jardín Botánico de la Nueva España, Vicente Cervantes, envió las primeras semillas de Dahlia al sacerdote y botánico Abbé Cavanilles del Real Jardín Botánico de Madrid. Las semillas produjeron flores de brillantes colores, razón por la cual comenzaron a cultivar y seleccionar las más bellas para generar las grandes flores que ahora vemos. Cavanilles, quien describió por primera vez la planta, la nombró Dahlia en en honor al botánico sueco, Andreas Dahl. Cavanilles se encargó de enviar semillas a diferentes jardines botánicos en Europa: Berlín, Dresden, París y Montpellier. También se encargó de enviarle semillas la esposa del embajador británico en España, Lady Holland. Fue así como llegó hasta Londres. La dalia es una especie originaria de los bosques templados del Sur y Centro de México. Los mexicas la cultivaron y denominaron 'xicaxochitl', al parecer derivada de xicama y xóchitl, que significa flor de jicama porque la planta se reproduce por bulbos. Los españoles, quienes la llamaron jicamite, la llevaron a España. Está considerada la flor nacional de México.
El nombre dalia se usa comúnmente en casi todo el mundo, excepto en Rusia y en Ucrania donde se la llama georgina/jorjina. Fue descrita por primera vez por el botánico y médico español Francisco Hernández de Toledo que había llegado a México para estudiar su flora y su fauna. Pero hasta 1780 no llegó la planta a Europa; fue cuando el naturalista español Antonio José Cavanilles, siendo director del Real Jardín Botánico de Madrid quiso mejorar su aspecto y sus instalaciones, para lo que mandó traer bastantes semillas, Cavanilles la cultivó y logró una variedad que nombró dalia variabilis, en honor del botánico sueco Anders Dahl. En el año 1804, el naturalista y explorador alemán Alexander von Humboldt envió otras tantas semillas a Berlín. Se sabe que la reina de Francia Josefina era una entusiasta de esta flor y en su jardín del palacio de Malmaison, en el departamento de Altos del Sena cerca de París tenía una preciosa colección con distintos ejemplares. A Inglaterra no llegó la dalia hasta después de las guerras napoleónicas. La afición por esta flor fue en aumento y en 1820 ya había disponibles más de 100 variedades y en 1840, más de 2.000.


 El 13 de mayo de 1963, en el Diario Oficial de la Nación (SAGAR. 1963), el presidente Adolfo López Mateos expidió un decreto por el cual declaro a la Dahlia como símbolo de la Floricultura Nacional, con las siguientes consideraciones: • Que la República Mexicana posee una gran diversidad de flores nativas de especial valor estético, ornamental y económico, entre las que se encuentra la flor de dalia. • Que las flores mexicanas, por sus características peculiares, han merecido distinción tanto en el país como en el extranjero, y entre ellas particularmente la flor de la Dalia. • Que la admiración a dicha flor, motivó a que una de las especies fuera distinguida con el nombre de Dahlia juarez, en honor del Benemérito de las Américas, Don Benito Juárez. La dalia también ha sido propuesta como flor nacional por instituciones oficiales y particulares, entre los que pueden citarse: La Sociedad Botánica de México, periódico Excélsior y la Unión Nacional de Floricultores y Viveristas. La Sociedad Mexicana de la Dalia es muy reciente, se formó el 12 de octubre de 1995, con el fin de investigar los antecedentes históricos, diagnósis, ubicación taxonómica, importancia económica, propagación, cultivo y difusión de las dalias silvestres y cultivadas, así como la formación de un banco de germoplasma, el cual constituirá la base de los trabajos sobre el género e incluirá las más de 30 especies hasta ahora reportadas, asimismo establecer un banco de información sobre dalias disponible para todos los socios y amigos aficionados a ellas, así como a los cultivadores y comerciantes. La cantidad de formas o tipos distintos de dalia es innumerable. Todos los años aparecen variedades nuevas entre los viveristas y cultivadores europeos aficionados a estas plantas, en distintos países se hacen concursos, exposiciones y congresos internacionales para presentarlas. La duración de los cultivares a veces es efímera, pasan de moda y dejan de cultivarse. Hoy día existen numerosas sociedades europeas de Dahlia dedicadas también al estudio y el fomento de su cultivo. Dada la gran cantidad de nombres de cultivares, que ya en 1934 superaba los 14,000, la Real Sociedad de Horticultura Inglesa fue designada en 1966 como una Autoridad Internacional de Registro. Publicó una lista en 1969 que contenía más de 15,000 nombres, muchos de ellos cultivados en todo el mundo, pero hasta la fecha no se ha conseguido hacer un registro definitivo de las diferentes variedades (Huxley et al, 1999). Es tanta la fascinación de los europeos por las dalias que las emplean en cuestiones amorosas atribuyéndoles el extraño significado simbólico de “presagio” y por ello, se cree que enviar un ramillete de dalias deja sobre entendida la proximidad de un alegre suceso. Para los enamorados obsequiar esta flor es como un anticipo de una declaración de amor. Actualmente existen 41 asociaciones internacionales interesadas en el cultivo y difusión de la dalia, entre ellas se encuentran: • La Sociedad Nacional de la Dahlia en el Reino Unido. http://www.dahlia-nds.co.uk/ • La Sociedad Americana de la Dahlia (ADS). http://www.dahlia.org/ • Otras agrupaciones de Nueva Zelanda http://www.dahlia.org/NZ.html • En países europeos: Francia http://dahlia.france.free.fr/ ; y Alemania http://www.ddfgg.de/ • En México, Asociación Mexicana de la Dalia o Acocoxochitl, A.C.: http://daliaoacocoxochitl.com.mx/


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